«El ambiente inmersivo y onírico queda especialmente reforzado por la distribución del público dentro del sorprendente espacio escénico, con la percha, el trapecio y el piano incluidos, y por la magnífica banda sonora interpretada en directo por Clara Peya. La pieza avanza por las distintas historias de los frágiles entre canciones, diálogos y acrobacias hasta llegar al impresionante y combativo monólogo final de Dora, encarnada por Maria Pau Pigem.»